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Emiliano Godoy

Emiliano Godoy


Industria

Federico Campos: ¿Crees que la explosión de diseño en México, lo que se le llamaba el MeMo (mexican moment) sea real? O es algo que buscan inventar los medios?

Emiliano Godoy: Sí existe, es una reacción que ha tenido el mundo al diseño mexicano. Es festejable, pero los motivos por lo que se generó, esos no son nada festejables. Hay que entender en términos generacionales qué es lo que pasó a partir de la crisis estructural petrolera de los 70’s y 80’s, la renegociación de los adeudos internacionales mexicanos, el cambio político de un país industrializado a uno maquilador, el tratado de libre comercio, etc. Básicamente lo que se hizo fue que México dejó de ser un país que apostaba a la industria nacional y apostó a maquilar para el extranjero, por lo tanto dejó de requerir diseño. Si ves los libros de historia mexicanos, en términos de diseño, hay ejemplos hasta los 80’s que normalmente están vinculados a la industria, no son diseñadores independientes como lo que ves ahora. Después hay como diez años de desierto y aparecer otros diseñadores como Héctor Esrawe, Ezequiel Farca, nosotros, etc. Hay un movimiento, un énfasis y una efervescencia de diseño mexicano pero un 95% de lo que vemos es diseñador-emprendedor y diseñador-empresario y esa es en realidad la gran diferencia.

 

FC: ¿Crees que parte de este desarrollo se deba a la formación?, algunos de ustedes estudiaron en la Universidad Iberoamericana, aunque varios en el extranjero; ¿tal vez eso también forma parte de la coincidencia?

EG: Yo creo que se da en dos cosas; una es que la Ibero era una escuela de mucha tradición, tuvo la primera carrera de diseño industrial en México, pero coincidió con un momento en que la Ibero también tenía un programa particular de estudios; toda la generación que se graduó en los 90’s fueron cinco años con tesis, con mucha más carga. Ahora la Ibero se homólogo con lo que están haciendo todas las universidades del mundo, que son programas de cuatro, cuatro años y medio, sin proyecto al terminar muy fuerte, entonces realmente el fenómeno cambió. Si vez hoy de qué universidades viene la gente, ese escenario ha cambiado muchísimo; los diseñadores de esas generaciones, que hoy son muy reconocidos, en ese momento empezaron a trabajar de manera independiente, por ejemplo Ariel Rojo quien es mas o menos es de la misma generación que nosotros, es de la UNAM, Mauricio y Sebastián Lara que están en Guadalajara y no estudiaron en la Ibero, inclusive Jorge Moreno que tenía la jabonera, Mariano García que estaba en Querétaro, es más en relación a cómo empezaron a generar su trabajo, en este esquema emprendedor y empresarial y que son los que después tuvieron mucho más reconocimiento.

FC: Y entonces ¿Crees que esta condición de ser diseñador que manufactura y vende es fundamental para desarrollar diseño en nuestro país? 

EG: Afortunadamente creo que ya no es sólo así. No es que sea la mejor pero creo que es la respuesta que encontramos para poder desempeñarnos como diseñadores en un país que no requería nuestros servicios,. Si cuando empecé a diseñar hubiera tenido proyectos de Vitra, Herman Miller o Kartell, no hubiera puesto mi fábrica. Afortunadamente yo lo que veo es que hay muchos más esquemas en los cuales desempeñarte, ya no es indispensable que pases por ese proceso pero sigue siendo lo más común. Creo los últimos diez, cinco años han visto un cambio que está relacionado a que el diseño tuvo más notoriedad, entonces se empezaron a generar otro tipo de oportunidades relacionadas a la arquitectura, interiorismo, mercadotecnia y otras áreas.  

FC: Esta cuestión simultanea de ser diseñador y productor, manufacturar y vender, es una realidad que sucede en tu trabajo, así como veo temas simultáneos de procesos de alta tecnológica y una parte artesanal; producción y promoción cultural ¿Es la dualidad un tema en tu trabajo?

EG: Sí. Creo que decirle dualidad es muy amable de tu parte, yo lo llamo esquizofrenia. Ahora casi como terapia, mi nuevo proyecto es no tener nuevos proyectos. Pero también viene de que el escenario laboral mexicano es tan complicado y creo que no soy el único, lo ves en el trabajo de muchos diseñadores y arquitectos que su manera de lograr una estabilidad profesional más allá de la monetaria es tener un circo de cinco pistas y poder estar creciendo en diferentes escenarios o áreas al mismo tiempo, algunas aparecen otras desaparecen, cierras una empresa, abres otro taller, etcétera. Y es el mismo caso, si hubiera un museo en México como el MoMA o como el Cooper-Hewitt quizá ya no tendría que hacer exposiciones de diseño. En México los diseñadores somos: diseñadores, emprendedores, empresarios, fabricantes, promotores, organizadores de festivales, escritores, editores de revista. Hay una infraestructura faltante tan grande que los diseñadores la suplen con trabajo propio. Si ves como está organizando el gobierno mexicano, el arte tiene cabida, que es el FONCA, CONACULTA, etcétera; si eres científico tienes CONACYT; si eres empresario tienes la Secretaría de Economía, toda una infraestructura y si eres diseñador no hay nada, no está la Secretaría Nacional de Creatividad, ni el Instituto Nacional de la Innovación, ni el Premio Nacional de Diseño. Al no existir, los diseñadores lo hemos suplido. La Galería de Diseño Mexicano la montó Carmen Cordera, que es diseñadora, las revistas de diseño las montaron diseñadores, al igual que las tiendas de diseño y las fábricas. Nouvel Studio lo montó Michael Kramer que es diseñador; es una infraestructura autogestada y eso realmente hay que festejarlo, los diseñadores en este papel quijotesco, pero es una desgracia, no es un escenario deseable. No hay desarrollo tecnológico, no hay vinculación con la industria y las pocas industrias que más o menos usan el diseño, por lo general tienen ochenta años de experiencia, que ni siquiera se montaron dentro de esta nueva escena. 

FC: Tomando el tema de la dualidad, de la tecnología y lo hecho a mano, revistas como la londinense Wallpaper tienen una edición de diseño hecho a mano y en nuestro país es un tema que aparece constantemente, tal vez porque tenemos carencias tecnológicas…

EG: Más bien hay una falta de vinculación entre los diferentes sectores productivos. Hay que entender es que lo que no funciona en México es lo que llamamos cadena de valor. Sí hay diseño de primer nivel y sí hay industria de primer nivel. México es el principal exportador de televisiones de plasma y creo el segundo exportador de coches a Estados Unidos; tiene una industria avanzadísima, muy grande, muy tecnológica pero que no se vincula al sector del diseño y de hecho no se vincula al mercado, porque somos el principal fabricante de televisiones de plasma del mundo, que se diseñaron en otra parte del mundo para un mercado y un consumidor en otra parte del mundo; en México fabricamos objetos que se mandan a otra parte e importamos de otra parte del mundo el mismo objeto para el mercado mexicano y entonces no existe esa conexión.

No es porque al diseñador mexicano le dé alergia trabajar con inyección de plástico, es porque no puede pagar el molde. Hay un tema de financiamiento, el diseñador mexicano no es que no quiera hacer alta tecnología, luminarias de leds, televisiones planas y diseñar la nueva aplicación, es que  simplemente no tiene el financiamiento y el cliente que lo pague. 

FC: Pero eso, sin que busquen los diseñadores mexicanos uniformizarlo, le da una estética a los productos que en el extranjero se empieza a identificar, proyectando valores de que está hecho a mano, una cuestión artesanal. El trabajo de los diseñadores mexicanos tiene esta mezcla entre tecnología y otros valores que tal vez en otros países no se ven. 

EG: Es un tema complicado de explicar sin que se mal entienda, soy muy crítico de eso, y voy a tratar de explicarme claramente: en México trabajamos con procesos intensivos en mano de obra, porque es barata, y una de mis grandes criticas es que no hay una real valorización de esa mano de obra. Entonces, sí, al final tiene una estética que es bastante interesante por esta combinación de tecnología mano de obra, diferentes materiales, etcétera pero no hay que olvidar que dentro de ese esquema todavía los diseñadores no han integrado un pago justo y una remuneración clara y una igualdad económica a todos los involucrados. Si nosotros mismos no somos los que integramos a estos artesanos o pequeños productores en una economía en la que estén bien remunerados, lo único que estamos haciendo es repetir el esquema del país maquilador pero en una menor escala. 

FC: En conferencias hablas de temas como medio ambiente regenerativo, justicia social, ser políticamente activo, las entidades económicas, ser progresivo simbólicamente y tecnológicamente inventivo. Has mencionado los ideales de diseño y veo que hay una parte de tu obra que trata de educar y hablar no solo de diseño sino de realidades.

EG: Hay una curadora alemana, Adrienne Goehler, que tiene un término que me encanta, ella hizo una publicación y exposición que se llama Examples to Follow, que habla de arte y diseño en relación a la sustentabilidad. Ella dice que la exposición es de “artivistas”, es decir que el arte es una herramienta de discusión, disentir y subvertir y en ese sentido la pieza artística o de diseño es un medio para plantear discusiones que haga que la sociedad en su conjunto se mueva hacia otro lado y creo es una responsabilidad en la que no deberíamos renegar porque lo haces lo quieras o no.

Entonces yo digo que el proyecto tiene que ser simbólicamente pertinente y progresista dentro del contexto cultural donde se va a presentar. Por poner un ejemplo: Teodoro González de León. Yo podría poner dos ejemplos de Teodoro, uno lo logra muy bien y uno lo logra muy mal y lo hace porque creo que no está consciente de esta parte simbólica. El ejemplo que me parece excelente es la Embajada de México en Alemania, (realizada con Francisco Serrano, Berlín, 2000) es un embajada que en el contexto de Berlín presenta a México como un país transparente y abierto, es un lugar en el que la gente llega y claramente ves a donde estas entrado, entiendes el espacio, entiendes como vas, puedes ver hasta el otro lado de la oficina, no es una embajada que te hable de un país cerrado y autoritario, sino de un país que esta tratando de entablar un dialogo honesto y transparente con el mundo; entonces es un excelente ejemplo simbólicamente hablando, correcto, a mi manera de ver el mundo.  El ejemplo pésimo es el MUAC (Museo Universitario de Arte Contemporáneo, 2008, UNAM, Ciudad de México); es un museo que está básicamente dentro de una universidad pública, parece un fuerte de la iniciativa privada, un castillo medieval  que tiene un foso alrededor, en un lugar ahí en la montaña al cual no puedes acceder, literalmente está sobre un foso medieval al cual solo le faltan los cocodrilos, para cruzar debes pasar un puente donde hay un policía y una entrada controlada. Dentro del contexto de universidad pública lo que está diciendo es que el arte no es parte de la institución, es algo que hay que proteger de la comunidad universitaria y hay que controlar el acceso, simbólicamente es completamente impertinente, pero si tu no estas consciente de eso no quiere decir que tu objeto no hable.

Diseñar una computadora como una Mac que está hecha con aluminio y pretender que no tienes algo que ver con la producción de aluminio es una estupidez, por supuesto que lo estás haciendo. Hay un papel que tenemos que jugar y es una invitación a que todos los diseñadores empecemos a hablar de esos temas y no los dejemos al azar o a la decisión de alguien más.

FC: Tocando otros tema que van vinculados, como la diversión, ¿Buscas estos temas en algunos de tus proyectos?

EG: Siento que más bien hay oportunidades y que de repente ya sea por la idea, el proyecto o el material que estas usando, te dan la oportunidad de contar una historia que puede decir algo. Creo que el primer objeto que hice muy consciente de eso fue un perchero que se llamaba Place to hang your hat, que yo diseñé pensando en un cuento de Bruce Chaplin. Es la historia de un escritor de libros de viajes y finalmente acepta en su vida que necesita tener un lugar donde colocar el sombrero, un lugar fijo y propio. Y entonces me pareció divertido esa especie de rito y el objeto físicamente no expresa nada de eso, pero lo vendíamos dentro de un libro que tenía el cuento de Bruce Chaplin y que además instalarlo en la pared era medio complicado, tenías que decir “aquí me voy a quedar”. Era establecer una relación diferente con el usuario.

En mi caso particular no es que yo las haya buscado, han sido cosas que han ido sucedido, pero no que conscientemente este buscando; hay diseñadores que son buenísimos en lograr contar esas historias, me viene a la mente Ariel Rojo quien con cada producto hace una analogía para contar eso.

Bob Dylan

FC: Nos has hablado de diseñadores de tu generación, pero al hablar de referencias no te refieres netamente a diseñadores, ¿Buscas conscientemente que tus influencias sean fuera del mundo del diseño ?

Emiliano Godoy: Si, no porque no me guste investigar de ese mundo sino porque me interesan más otras cosas. Por un lado yo no hago proyectos de diseño, sino que el diseño es una herramienta para solucionar una necesidad y esa necesidad no es una necesidad de diseño. Cuando alguien me pide una silla no me dice que lo que le hace falta es diseño sino me hace falta un lugar donde sentarme; estoy hablando de usuarios, ergonomía y otros temas. Si hablas de interiorismo, quizá un restaurante, vas a hablar de comida y preparación de alimentos más que de diseño. El diseño es el resultado y es el proceso de pensamiento, habla de otros temas, y esos otros temas por lo general son más relevantes.

Por otro lado me marcó mucho una entrevista en la que Bob Dylan decía que el rock más aburrido era el rock que solo estaba influenciado por el rock. Lo puedes ver hoy en día, te metes a un blog de diseño y ves el producto y los renders de otra cosa cuyas únicas influencias son otros renders del mismo blog, y se vuelve un tema en el que el diseño se consume a sí mismo y lo único que hace es regurgitar las mismas ideas y cuando de repente llegas a un proyecto que dices está increíble quién es el genio que lo hizo, en realidad es alguien que está hablando de otros temas. En mi biblioteca hay muchos libros de diseño pero hay muchos más de literatura, economía, de otros temas. Inclusive dentro del mundo del diseño me gustaría más un libro de carpintería que un libro de los mejores diseñadores.

 

Junio 2015, Chihuahua.